Tengo un fetiche con la sangre seca…
en las manos, mi sangre seca
de los vasos sanguíneos que perforé.
Me grita-recuerda:
el amor para la mujer es político.
Lo aprendí con vos.
Porque te hice de la nada
y la idea se derrumbó
ante tus privilegios y mi falta de ellos.
Fuimos eso, ideas de la sorpresa y el deseo.
Nacimos del olvido de mi condición de mujer
y ahora veo mis manos con sangre seca.