La llama prendió en mi pecho
avivando un nuevo latir,
un alma fría que anhela el calor
de lo imposible de reprimir.
Amo este nostálgico sentimiento
porque te hice de la nada,
me inunda el miedo pero vuelves,
de la sorpresa y el deseo.
Tras siete largos años ardiendo
quedan las cenizas de un amor,
de las ascuas brota la esperanza
de no ser consumido por el dolor.
Tu corazón es como tu casa,
¿Dejarías entrar a cualquiera?