Fue una forma de comenzar.
Reconstruí tu rostro.
Y luego,
tras tus movimientos espontáneos
me quedé inmóvil.
Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.
Tendré que hacer un esfuerzo:
Intentaré, por ejemplo, cerrar los ojos.
Que mis mejores sueños
desaparecen ante la luz.
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