He vivido tan poco que tengo que inventarme casi todos
los caminos. Transité por los días como un fantasma
herido, observándome de lejos, distanciándome de mí,
como un ave se distancia de su tierra prometida.
He sido agua, nieve deshecha entre las manos,
candela mínima, muda la voz tras la puerta cerrada.
Baldío de amores, pentimento de dioses,
el girasol en sable, el pez en llaga, la cereza en piedra.
Jamás orilla, isla todo el tiempo, estación de paso,
nunca destino. Esa palabra que nadie conoce. Yo. He sido.
Adiós te digo, esperanza, luz encendida en
las estrellas, como espectro eres, invisible e inasible,
porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.
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