Cuando pregunten por mí
cuéntales de mi ofrenda sin suerte
de la efímera órbita de ilusiones
girando en torno a tu entelequia.
Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo
de tu tacto evanescente,
del pétalo de tu impalpable fluir.
Háblales de la que fui materia
entre tu cuerpo ausente
de la leve sonrisa en las tardes
en las que ciegamente te afirmaba.