Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo,
de ti me ha quedado la luz de tu mirada,
el sabor de aquel beso.
Tu voz que velada por tímida emoción,
de amor y fe me hablaba
vibrando de pasión.
De entonces me ha quedado,
el olor de tu cuerpo,
el sabor agridulce de tus labios amados.
El olor de las flores, el verdor de los campos,
y el hechizo infinito que nos deja el amor