Amanece y estás aquí, conmigo.
Temo decir pecho o llama sedienta,
temo decir lágrima, tacto, cera,
temo escribir un verso equivocado.
Temo salir un día de tu nombre.
Y en la fragilidad de este silencio
sé que de amor me lleno dulcemente.
Te amo y ha de ser como la lluvia.
Asustado, en tu luz vibro y tiemblo
y en voz a borbotones me derramo
sobre el blanco latido de tu cuerpo.
Desbórdame, solo eso quiero, amor mío.