EL ESTANTE

Al meter el libro como quien la morgue,
despedí a mi padre. Uno trata libros
como trata gente (si no te puedo te acaba otro,
te dejo a medias). Inteligencia inútil
que da la espalda —papel por pieles—
la vida suma un lomo al estante.
«Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo…»
Último lector de su memoria
recibí al verme yo orar
lo que de niño era su orden:
¡esta(n)te quieto!