Porque te hice de la nada, de la sorpresa y el deseo.
Mientras que esta noche solo puedo recordarnos desnudos,
en tu cama,
hoy duermo sola,
en la mía, abrigada de todos mis pensamientos que,
solamente quieren regresar a ese tiempo en el que
cuando nos mirábamos,
éramos capaces de calentar el más frecuente y frío
de nuestros silencios incómodos.