En mi singular universo de sueños
observé una galaxia llamada esperanza
a la cual me dirigí sin descanso
para encontrarte y admirarte
porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo,
del bien y del mal ajeno,
de la infinita creatividad.
Permanecí obediente como estrella
en tu planeta de amor y de verdad.
Ahora te contemplo cada noche
en el cielo de mi eternidad.
Saliste desde el vacío de mi nada;
ahora eres esplendor en la inmensidad.