Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo,
llega a tu corazón, canta,
un arrullo de mi pecho
y ase tu mirada el eco
que emerge de mi alma.
Acuden mis labios, parten,
a un refugio que es tu oreja,
mas lavan mis ojos mares
cuando me cierras la puerta.
Como la nieve, mi mano
roza tu frente de siglos:
hace de mi amor un canto
atrapado en tu suspiro.
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