Por las calles de los barrios se perciben los aromas.
Fragancias de la niñez a ponquecito, leche tibia y roscas.
Las cosas que ahora sigues recordando,
las guardas en un camino sobrenadado
al tratar de revivir aquellos tibios suspiros. Cariños dados.
Flotan sobre las aguas del olvido
los recuerdos y añoranzas,
envueltos en una estampa de chiquillos mimos a fragancias.
Besos dulces olorosos a canela,
nuez moscada, jengibre, ¡a veces a yerbabuena!
Son esos besos de abuelas, dados por la mañana.
Cuando recuerdas, están tan grabados en un presente pasado.
Entre olores de amor, entre mil abrazos entregados;
entre recuerdos que flotan, flotan libres en el pasado.
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