Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo,
de lo que juntos fuimos
y de lo que nunca seremos.

Ahora, solo aquí parado,
frente a ti me presento,
totalmente despojado de mis anhelos,
bajo el derrumbe de lo sereno.

Mientras el sol me observa,
sus rayos iluminan tu sepelio,
y no me queda más que continuar
el camino que dejaste hace tiempo.