Tú y tu extraña forma de hacerme volar.
Te escribo y sé que escribo para que no me leas…
Te escribo como si fueras yo,
y me leo como si fueses tú…
Como quien sigue las pistas de un mapa que no conduce a ningún tesoro
sino a un lugar imaginado en el que tú y yo
solo fuimos tiempo pasado.
Como si te hubiese conocido a través de aquel espejo
ese en el que tú un día te miraste
y hoy es mi reflejo…
Te escribo…
pero sé que no.