Oportunidades muchas y esperas infinitas,esperanzas que parecían no perderse jamás,pero aún así impredecible.
Espejismo absurdo que resultó en un continuo y desgastante arar en el mar.
Como tiempo engañoso,así,esperando el cambio favorable para poder seguir,como la naturaleza con sus caprichos.
Indiferencia maldita,mientras veo el tiempo correr,te amé y sé que te amé para que no me amáras,
te escribo y sé que escribo para que no me leas.
No serme indiferente es lo que aprendí, no esperar lealtad sino solo de mí.
No conoce razones el corazón engañoso y la realidad es quien lo hace volver en sí.
Logra engañar a los sentidos y despierta saturado de enfermiza indiferencia.