¿Y te preguntas ¿por qué?
Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo…
Con la ilusión que te recibí,
la vida ya pareció otra.
Naciste, viviste y te seguí.
Algún día entenderás porqué.
Cuando seas madre y lo vivas.
Y hoy contemplo tu devenir.
Viviendo tus éxitos y fracasos.
Y cuando partas del nido familiar,
sé que será difícil para mí,
pero siempre estaré ahí, esperándote.
Un padre, una hija: un vínculo indisoluble.