Amor de mis días azules, vida,
tan pletórica en hilvanada aurora
al desplegar hoy tu brillante ahora
que, alegre, a gozar mis ratos convida.

La luz otoñal viene y convalida
cuantas sombras negruzcas atesora
mi caminar que tantísimo implora
serenas mañanas de amanecida.

Porque te hice de la nada, de la sorpresa y el deseo…

Aquí sigo bajo un cielo muy abierto
esperando tu luz esperanzada,
para despejar ya mi desconcierto
y convertirlo agora en senda amada
al necesitar tu luz afrutada.