“¡Qué fácil has venido a mi voz, y en qué instante!”
Encontrándonos
De aquí Para allá
Sin evidenciar horas
Sin ser sombras Ni brizas
Sólo cúmulos de tristes risas, vagando sobre el desierto de este planeta afónico
Aquí nuevamente,
Al abrazo Al abrigo de tu soledad
viendo pasar los transeúntes como rehenes de esta sociedad
rebozando los bordes, ciego por tanta oscuridad.