Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo,
yo te quiero, mujer, conmigo,
los dos dentro frente al afuera,
entre muros a cal y canto,
olvidados de los asedios,
mientras la suma de los dos
nos triplica en amor y alcance.

(La lluvia azota los cristales,
lluvia azotada por el viento,
viento salvaje que recibe
el azote del huracán,
envidiosa Naturaleza).