Estoy suplicando la llegada
de tu primer verbo,
porque desde que naciste
pasaste a ser mi sujeto
y permanezco a ti sujeto.
Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.
Ahora solo espero que
llegue el momento
de compartir confidencias, juegos…
desde marzo a febrero.
Porque tu silencio perpetuo me corroe por dentro,
sin apenas distraerme de este sueño tan perfecto.