El danzar de las estrellas,
con más suerte o más desgracia,
me colocó en yerma tierra.

En la soledad indómita,
yo preguntas formulaba.
Vivía lleno de incógnitas.

Por eso a ti te creé.
Un Sosias perenne y fiel.
Que ya nada me resuelve
Porque este orbe dominé

Te hiciste de todo dueño
Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.
Ya mi mente no te ampara.