Para siempre ya así quiero estar:
con este poema dormido sobre mi hombro;
porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.
Y para siempre ya, muertas y resucitadas,
las letras y las luces que lo concibieron,
como avispas rescatadas de la acequia.
Y que lo verde de la tierra acucie mis días.
Y que lo hondo del cielo construya mis noches.
Para siempre ya, plantados en mi sien,
todos tus versos.