Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo…
no aguardo nada en la bandeja verde
que repite tu nombre.
No me sorprenderá ninguna lluvia,
aunque brote del suelo;
ni ningún viento que me llamara al timbre.
Haré de mi deseo una puerta repleta de apertura,
que desemboque al fondo de una alcoba
con el exacto molde de mi espera y tu ausencia.