Transita con desdicha mi esqueleto
y se aferra al filo de su mano
En profundo padecer sin tuétano
me entrego a ese rumor; ya eres mía

Porque te hice de la nada
de la sorpresa y el deseo…
¡Muérete al fin! Muerte querida
Que tu bello «hacer morir». Conmigo muera.