Cuélate muy dentro de mi,
mientras un suspiro dejo escapar.
Aprovecha ese fugaz aliento
para instalarte dentro de mi cuerpo aún tibio y sin consuelo,
que te busca y sueña entre tinieblas grises y oscuras,
implorando a sudores por tu presencia,
gritando sin sonido por tu esencia,
agonizando por una caricia
que me haga sufrir menos tu ausencia,
y desquite mis sentidos aturdidos y hundidos.
Las cosas que ahora sigues recordando
flotan sobre las aguas del olvido,
a pesar de que mi cuerpo sigue latiendo,
aún mortalmente abatido.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.