Te llevé como insignia de deseos,
dándote un trono technicolor
Te blandí y nombre caballero,
Te llamé: «compañero»
y fue mi verdad.

Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo,
Porque te quise sin darme tregua,
Sin darme aliento,
ahora sin pasión,
y resoplando latidos
de memorias que fueron.