Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas…
No, no me leas,
que no te escribo,
no me veas, que no te vivo,
contra el vicio de escribir
tengo el de seguir viviendo
pero, no me leas,
que vamos viendo,
seguimos leyendo,
seguimos escritos;
estrictamente hablando
te escribo y te estoy leyendo.