Aquella noche apareciste de repente,
cargabas tu singularidad toda
y deambulabas con una presencia altiva
que hizo vibrar cada músculo de mi cuerpo;
mi mente creyó en un mundo sin tiempo
y mi corazón se estremeció por completo
sé que de amor me lleno dulcemente
y en voz a borbotones me derramo
llamándote por tu nombre algunas veces,
cada sábado por la noche o cualquier día
de estos, en los que sólo pienso en ti
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.