Pues de ella se fue lo que más amo,
ya, la vida la miro indiferente:
¿cómo puedo vivir con ella ausente?
Y grito, y delirando, al cielo clamo,
sin que sirva mi angustia de reclamo
porque imploro y suplico inútilmente.
Sé que de amor me lleno dulcemente
y en voz a borbotones me derramo;
solo si alguna vez me respondiera,
volvería a mi vida la alegría,
mas, tengo que admitir que tal quimera
es solo fruto de mi fantasía,
y aun así, si una vez siquiera
escuchase su voz, ¡yo viviría!
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.