Diste luz a mi mirada,
palabras a mi silencio
“porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.”
Te acaparo en la mañana
y te extraño mientras duermo.
Serás por siempre mi adorada,
quien me inquieta hasta el tormento;
dulzura que mi cuerpo clama,
hogar al que acudo sediento.
Es que la vida nos unió
y el Creador nos dio sustento,
permitió que te encontrara,
y gracias a Él; aun te tengo.
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