Me impactó la muerte
La sentí en el pecho
Cayó al suelo derramándose convertida en pájaro negro
La coloqué en el vientre
La sentí traspasando mis huesos
Allí estaba, con el ojo apuntando hacia el techo
Una pupila negra
Unas negras plumas de agua volviéndose claras hasta deshacerse en el hueco de su propio cuerpo
Las cosas que ahora sigues recordando flotan sobre las aguas del olvido
Ahora hay que secar el piso y tirar los muebles viejos