Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo.
Mi universo creé con tu presencia.
Pasaron los veranos, los otoños.
Primaveras, no hubieron.
Invierno infinito: cuna de la ausencia.
Un día, al alba, se marchitó el amor de infancia.
Sábanas frías que arroparon el engaño lo presenciaron.
Lágrimas a distancia y después tiempo, mucho tiempo.
Ahogada en el vacío eterno vives.
Mi condena, tu recuerdo.
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