Pasa la luna como juez de nuestro
destino y en pleamares necesito
nuestras quimeras, pero dime sol
si habrá limitación en el camino.
Sé que de amor me lleno dulcemente,
por eso te confortas en el rito;
donde bailamos esta danza rosa
perdidos en los ojos con sigilo.
Y en voz a borbotones me derramo,
so reconcilio nunca verte en gritos.
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