Te escribo y sé que escribo
para que no me leas.
Para que lluevan versos
sin nombre ni apellido
sobre tus cicatrices
repletas de palabras.

Te escribo y sé que escribo
para que te recuerdes.
Para que no te duermas
sin sueños incumplidos
en lechos implacables
con bucles de silencio.

Te escribo y sé que escribo
para que sigas vivo.