Te escribo y sé que escribo
para que no me leas,
mis voces son suspiros
que en la sombra se pasean.
Escribo en la noche oscura,
mis secretos, alas rotas,
donde el silencio se desliza
como un río que no flota.
Así, en esta penumbra,
mi verdad se vuelve brasa
y en cada letra corta,
la ausencia se hace casa.