Aquí, en el silencio de la noche
cuando surgen las sombras
los deseos intentan ser reales
y galopan en la mente los recuerdos,
te escribo y sé que escribo
para que no me leas,
pero quiero escribirte
porque me nace hacerlo.
Dejaré la lucidez en la penumbra
cuando tú aparezcas en mis sueños
y desgranes las estrellas y las horas
y te quedes conmigo
hasta que el sol, ya en lo alto, me despierte
y me devuelva la verdad con sus destellos.