Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas…
para que ignores mis gritos
y mis lágrimas por ti.
¿A dónde va el amor no correspondido?
Solo muere en la soledad
de las cartas amarillas en el tiempo.
A pesar de todo, escribo para ti,
para que dejes mis cartas sin abrir,
dejarlas olvidadas en el misterio de quién soy
y luego morir.