Las palabras no las lleva el viento.
Te escribo y sé que escribo,
para que no me leas…
Porque ellas se anclan
en tu memoria generando un buen recuerdo.
De esos que uno lleva, como agua en el desierto.
De esos que uno anhela cuando siente la tibieza del amanecer
en el cuerpo .
De esos que comparte
El que más tiene con el que menos.