Te escribo en la página no incluida de nuestras vidas,
donde la palabra se sublima,
te escribo en un cielo de mariposas blancas
y el rocío en la hoja de otoño se desvanece con la luz que llega.
Te escribo cuando el sol naciente reclama su silencio.
Y el crepitar de mi respiración te llama.
Te escribo en el viento, en las sombras. En lo que seré
Te escribo en la noche viva que palparon nuestros cuerpos
En un mundo sin palabras.
Te escribo con tierra en mis ojos convertidos en poema.
Te escribo y sé que escribo para que no me leas
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