Tu respiración es calma extraña
en el silencio que nos acongoja,
tu alivio, un mar frío que se baña,
mientras naufrago en la penumbra roja.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
me despido como una ola leve,
que besa la orilla y se mueve,
sin fuerza para la pelea
y que se aleja con la marea.