Nada de nada…

Brillando en azul
florecen mis violines
con notas en tus ramas.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos
como quien mece el ocaso,
como quien espera el alba.
Cielo y tierra se funden
en horizonte de esperanza
mientras se sueña el Silencio
dando voz a su Palabra.
La Nada queriendo ser todo…
¡Sin entender nada de nada!