…Día difícil para los dos
ni un buenos días nadie exclamó.

No hubo abrazos, tampoco besos.
Nuestra mente no olvida lo que ocurrió.

¡Órbita errante apareció!
No era un planeta, solo tú y yo.

Orbitadamente, así empezó.
En sincronía, parecía amor.

Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…