Las golondrinas con su danza
guían su vuelo en el pantanal.
La neblina, con la oscuridad,
sugiere una escena de fertilidad.
En el lecho el silencio avanza:
uno, construye historias secretas
de su amor primaveral;
el otro, recrea cuentos al azar.
“Desorbitadamente quieta,
está la noche entre los dos.”
Las golondrinas esperan en los tejados,
mientras las gotas de lluvia caen
en las flores del campanario
en las calles indolentes de la ciudad.