Juego a soñarte.
Vivirte quiero.
Mas no te encuentro.
Salvo en mi trémulo aliento.
¿Podremos ser algún día una misma voz?
Corazón inquieto.
Alma eterna.
Mirada enamorada.
Y allá,
más lejos de la luna,
desorbitadamente quieta está la noche entre los dos…