No andaba lejos pero ninguno
vio llegar, artera y taimada,
la triste traición…
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Llorando duermen los sueños
en tormenta de celos
que el silencio culpable acunó…
Amarga y callada verbena
de noche sin estrellas
donde muere su ilusión…
Lejos queda aquel estruendo
de arrumacos y besos
entre los que su idilio roto nació…