Ahora regreso a mis pasos
y lo demás sobra en esta hora cuando
desorbitadamente quieta está la noche entre los dos…
esa que se yergue como un abismo.
Reconozco que si muero a solas
será con tu nombre secreto entre los labios
y algo tuyo se queda para siempre conmigo.
Porque nunca me viste hacer
un verso para ti
en el tronco de un árbol,
ni jamás escuchaste el sonido de mis pasos
donde comienza la tarde.
Ahora invento y repito nuestra historia
con palabras azules que queden a merced del alba.