HOMENAJE A LA AMISTAD Y A LA PALABRA
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos…
Y el eco de la voz de Dios
se funde con la tinta prieta.
La tertulia encendida, completa
por la palabra que fluye veloz,
cincuenta años bajo el sol,
la lealtad que no se inquieta.
Entre Madrid y el otro lugar,
la complicidad se hizo verso y prosa,
una semilla tenaz, luminosa,
que el tiempo jamás pudo doblegar.