Soñar lejanos

Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos
y, al eco de tus labios, Dios
vista con brío la glorieta.
Amar al alba tu silueta;
entretejer el cielo aprisa
cuando velamos la sonrisa
justo debajo de la piel:
volver desnudos por la miel;
soñar lejanos, a la brisa.