Caminamos
Por esas calles de violoncellos y azahar
la atención en las miradas
los ojos lentos , y el vino
flotando en las mejillas
En este amanecer de soliloquios cristalinos
De semillas estalladas
El verso justo que aprieta las manos con una sola palabra
de MADRE, o de DIOS.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos