La cuna ya no canta estrellas
a tu cuerpo tibio y blando.
Aquí duerme el silencio.
Aquí, amamanto a la muerte,
tan fría, tan sin boca.
Niño,
se ha partido un cometa
en el centro de mi pecho.
Desorbitadamente quieta
está la noche entre los dos.
Ambos la maldecimos,
amanecer parece tan lejos.